Fuente: El confidencial
Desde hace unos meses, podemos oir en corrillos, escuchar a la ministra de Transición Ecológica y leer en los periódicos que el diésel no tiene futuro.
Sin embargo, la dirección general de la Guardia Civil, dependiente del ministerio del Interior, acaba de adquirir una flota de 249 vehículos, todos ellos diésel.
Por otra parte, también aparece información acerca de que se han vendido el doble de vehículos eléctricos respecto al año pasado, pero estas cifras son relativas, ya que aunque se dupliquen, estan hablando de cifras de unos 6000 coches en total (tanto coches como todoterrenos), cantidad muy baja.
Es cierto que la venta de vehículos diésel se ha visto afectada también por las afirmaciones de las alcaldesas de ciudades como Madrid, Paris o Barcelona, pero eso no ha impedido que se hayan matriculado en 2018 un total de 473.000 vehículos diésel en España (prácticamente un coche eléctrico por cada 80 vehículos diésel).
A esta gran diferencia entre las cifras, hay que tener en cuenta de que se incluyen en este estudio los coches, todoterrenos y todocaminos, ya que si se amplía el rango para incluir en el apartado de eléctricos a las motos, scooters, ccamiones, autobuses, comerciales y derivaddos, esta cifra pasa de las 6.000 a las 15.250 unidades. Pero las comparaciones hay que realizarlas usando el mismo conjunto de datos.
No hay que obviar que el futuro viene marcado por el coche eléctrico, pero esta transición va a ser a muchos años vista y de forma lenta y progresiva.
Hay voces que tratan de vender que el vehículo diésel es más contaminante que el gasolina, pero si tenemos en cuenta un modelo del mercado (que se comercializa tanto en diésel como en gasolina y eléctrico) fabricado a partir del 1 de octubre de 2018, la versión diésel emite 108 g/km de CO2, la versión gasolina emite 124 g/km de CO2 y el eléctrico emite 44 g/km de CO2. Las emisiones de partículas son similares entre el diésel y el gasolina.
Hay que informarse bien antes de realizar la compra de cualquier vehículo y decidirse por el tipo de combustible que va a usar, ya que la falta de conocimiento de la realidad y las declaraciones desafortunadas de muchos dirigentes están poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo y afectando negativamente al sector del automóvil.