Fuente: ABC Motor
Con la llegada de la segunda ola de contagios por coronavirus, todos hemos extremado nuestra precaución para evitar el contagio. Estas medidas se unen a los cierres perimetrales, toques de queda y cierres de establecimientos.
Los propietarios de vehículos pueden acudir a centros especializados de limpieza para conseguir una desinfección profesional e integral, aunque también pueden hacerse de forma particular siempre que se sigan una serie de pautas que garanticen un resultado óptimo.
La idea de tener una buena ventilación en nuestra estancia es correcta y en los coches no puede ser menos, tratando de evitar el contagio a través de los aerosoles que hayan quedado dentro del habitáculo. La ventilación es un método fácil y sencillo de realizar, aunque no hay que centrarse en este método y olvidar otras acciones imprescindibles a realizar.
Es una realidad que las partículas del virus y bacterias se quedan adheridas en las superficies, ya sea por haberse depositado tras la caida de los aerosoles o por cntacto con otra superficie "infectada". Por ello será imprescindible desinfectar todas las superficies interiores del coche, haciendo especial hincapié a todas aquellas que entran más en contacto con nuestras manos o están cerca de puntos de entrada del virus en nuestro cuerpo.
Las zonas donde prestar especial atención al proceso de limpieza son:
- Tiradores de las puertas. Son elementos de contacto repetitivo ya que se emplean siempre para salir del vehículo. Tienen el agravante de que suelen ser de metal, superficie donde el virus se mantiene más tiempo activo.
- Volante. Elemento de contacto constante durante la conducción y por tanto, su superficie es un lugar delicado donde extremar la higiene, aunque no estén realizados de metal externamente.
- Palanca de cambios. Otro elemento de manipulación constante durante la conducción como el volante y que pese a que puede estar hecho de metal o no, es un elemento a desinfectar a conciencia.
- Cinturón de seguridad. Es un elemento que está en constante contacto con nosotros y además lo hace en una posición cercana a nuestra cara, incrementando el riesgo de recibir restos de aerosoles como acercándonos a nuestras zonas de contagio facial esas superficies potencialmente "infectadas". La peligrosidad de este elemento se reduciría si los viajeros usáramos siempre la mascarilla en el coche.
Además de la desinfección, la labor de prevención utilizando productos nanotecnológicos homologados que eliminan las partículas de microorganismos que se depositan en cualquier superficie, es esencial.